La UCAB impulsa plan para certificar calidad del agua que consumen los venezolanos

A través de su laboratorio de ingeniería sanitaria y ambiental, la universidad comenzó a hacer estudios de calidad en varias tomas de agua de Caracas. Los primeros resultados revelan que, al menos en tres de ellas, el líquido no es apto y requiere tratamiento. La institución busca aliados para darle cobertura nacional al proyecto.

Como parte de una estrategia ganar-ganar y dentro del marco general de responsabilidad social que caracteriza el quehacer de la UCAB, los laboratorios de la Facultad de Ingeniería han avanzado contactos con diversos entes locales e internacionales especialistas en la materia, con el propósito de tener respaldo para un plan que, en su aspecto más retador, aspira a una alianza nacional, con organismos públicos, ONG y universidades,para monitorear, mejorar y promover el consumo seguro de agua entre los venezolanos.

El proyecto de la UCAB nació a raíz del apagón nacional ocurrido en Venezuela el 7 de marzo pasado, cuando el director del Laboratorio de Ingeniería de la UCAB, Harry Castellanos, orientó iniciativas para acudir a las fuentes improvisadas y tomar muestras del agua que la población estaba utilizando, luego de una suspensión tan prolongada del servicio en todo el país.

 

 

Las imágenes de personas recogiendo agua de efluentes cercanos al Guaire –al igual que en otras regiones con ríos también contaminados– hicieron que, junto con el profesor Douglas Sánchez, técnico del Laboratorio de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (LABSAM) de la UCAB, Castellanos decidiera pensar en un plan de acción ante el riesgo de una epidemia por el consumo de aguas contaminadas.

Los especialistas advierten que el peligro aumenta porque no se conoce la calidad ni la procedencia del agua que se distribuye con los camiones cisternas, que no cuentan con supervisión.

“Queremos generar un despertar en la parte técnica y científica de investigación universitaria, de trabajos de grado, que se les permita a las universidades hacer esos esfuerzos.No está en nuestras manos cambiar las normas, pero sí podemos proponer el impulso y seguimiento al sistema sanitario, para que los ministerios de Salud y de Ecosocialismo y Agua modifiquen las resoluciones con un basamento científico que empodere a instituciones como las universidades”, señala Sánchez. 

Castellanos precisa que la fase inicial del proyecto requiere 70 mil dólares, para cubrir los 15 grupos de ensayo necesarios en todo el país que trabajen el monitoreo de la calidad del agua, cifra que es solo para equipos, logística e insumos químicos.

“Esto puede ascender a 500 mil dólares para poder manejarnos en todo el país y ofrecer planes formativos, visitar comunidades rurales, indígenas y practicar análisis y algunas mejoras domésticas. Tenemos que ser certeros y dejar claro que nuestro aporte no es para cambiar el sistema Tuy, que es otra línea de desarrollo distinta a la nuestra”

Asegura que, por lo pronto, la UCAB está comenzando a tocar las puertas de organizaciones interesadas en el tema de la calidad del agua, la salud pública y el desarrollo sostenible.  Aspira a que con este trabajo colaborativo se logre certificar al LABSAM en la parte de microbiología y convertirse, a mediano plazo, en referencia técnica nacional en materia sanitaria y ambiental.

«A diversos entes les conviene que los proyectos se lleven a cabo a través de la UCAB, porque reducen el grado de improvisación. Nos reconocen como una institución con profesionales de mucha experiencia y eso es lo que necesitan».

 

Responsabilidad social de la UCAB

Castellanos explica que el proyecto de validación de la calidad del agua tiene tres ejes: el de responsabilidad social, como parte del plan estratégico Reto País de la UCAB; el eje de la promoción de los servicios comerciales que presta la universidad y las alianzas con organismos del Estado, para que se impongan los correctivos sobre bases científicas actualizadas y con alcances en la formación educativa para el tratamiento y potabilización del agua en los hogares. Al plan se ha incorporado el núcleo de la UCAB en Guayana.

 

 “Este plan primero lo expusimos internamente en la UCAB para incentivar nuestra extensión comercial, porque nosotros ofrecemos ese servicio de análisis para el sector industrial y empresarial. Ahorita, muchos sectores industriales están interviniendo el mercado con sistemas de tratamiento de aguas, cloración, plantas, etc, pero van a ciegas porque no conocen la calidad del agua. Por eso decidimos conocer qué es lo que vamos a afrontar”.

El ingeniero deja claro que el trabajo es estrictamente técnico, y está “orientado a preservar vidas, mejorar la calidad de vida de las comunidades y a educar sanitariamente, sin interferencia del espectro político”.

Lo que dicen las pruebas preliminares

Los profesores Castellanos y Sánchez planificaron, a finales de abril, tomar muestras en cuatro puntos de Caracas (San Agustín, Chacao, Petare y Antímano). Los resultados, recogidos en un informe, indican que una de las fuentes más socorridas, como es el efluente que está en las faldas del Ávila, en Chacao, no está apto para el consumo humano, mientras que el agua que procede de una tubería en Antímano (barrio Santa Ana), sí lo está.

“El informe que hicimos sobre la calidad del agua es importante que lo tengan la UCAB, los ministerios respectivos y los cuerpos asociados a formación y educación. Una persona de una comunidad puede pensar que si vierte una tableta de cloro en el agua purifica y si vierte dos purifica más y eso no es así”, dice Castellanos.

Las mediciones se hicieron con apego a las Normas para la Clasificación y el Control de la Calidad de los Cuerpos de Agua y Vertidos o Efluentes Líquidos (Gaceta Oficial N° 5.021 Extraordinaria del 18 de diciembre de 1995) y Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable (Gaceta Oficial N° 36.395 del 13 de febrero de 1998) que son las vigentes en Venezuela.

 

 

“Al agua del Ávila se le puede hacer un tratamiento básico de cloración y llevarla a los niveles aptos para su consumo. Esto podría hacerse de forma portátil: la gente capta el agua en el Ávila y la trata en su casa, pero para esto hace falta un plan formativo, para que tengan un parámetro de la relación de tableta de cloración por número de litros de agua. En el caso de la toma que está en Antímano, la comunidad podría aprovechar mejor esa agua y su regulación, porque eso está constantemente descargando. Pudiera haber una dosificación o un ahorro de la fuente, que está disponible y apta para el consumo, pero eso requiere la intervención de expertos en materia civil e hidráulica”, comenta Castellanos.

Fue precisamente en la etapa de laboratorio cuando la iniciativa de la UCAB llegó a oídos de algunos entes con competencia en el tema.

“A  los posibles aliados con los que nos hemos reunido les hemos mencionado que reconocemos que la situación de Venezuela no es catastrófica, como puede serlo en otros países, pero que nuestra situación sí es más dramática de lo que se percibe afuera. Varios de ellos lo han entendido y nos han invitado a participar en reuniones con la posibilidad de que en el futuro cercano seamos patrocinados por sus socios”.

Apunta que los especialistas de la universidad han sostenido varios encuentros con representantes de organismos del Estado, que admiten las dificultades para hacer las valoraciones necesarias sobre la calidad del agua en todo el país.

“Este plan también lo hemos usado estratégicamente para contactar con entes gubernamentales que nos tienen paralizados ciertas visitas, certificaciones y permisos. En estas conversaciones estamos negociando un punto de equilibrio donde podamos trabajar armónicamente con el Estado, en una función humanitaria, y podamos complementarnos como socios estratégicos para brindarle atención a la ciudadanía. Creemos que es un buen momento para solventar todos los cuellos de botella”, explica el director de laboratorios.

Por su parte, el profesor Douglas Sánchez vislumbra los alcances futuros y nacionales del proyecto: “esto no solo impacta sobre la bomba de tiempo que es el agua para consumo y aseo personal, sino que podríamos cubrir y caracterizar cuerpos de aguas naturales que podrían ser posibles fuentes de suministro o algún cuerpo de agua natural que ya puede presentar indicios de contaminación. Así podemos diseñar estrategias para usar esa agua o sanearlas”.

Los interesados en conocer más sobre este proyecto o sobre los servicios que ofrecen los laboratorios de ingeniería de la UCAB pueden obtener información ingresando a la página oficial de  Consultores UCAB: https://consultores.ucab.edu.ve/.
También, pueden escribir al correo electronico consultoresucab@ucab.edu.ve o llamar a los teléfonos 0212- 407 4420 Y 0212-407.4422.

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