En el marco de las VIII Jornadas de Investigación de la UCAB se presentaron las «Micro-Unidades de Laboratorio Ampliadas», herramientas para lograr intervenciones comunitarias con mayor impacto, así como un adelanto del proyecto «Trabajar las memorias», que aborda experiencias traumáticas de niños sometidos a violencia urbana en el sector La Vega

Las unidades que producen conocimiento desde la Extensión Social de la Universidad Católica Andrés Bello, en el Parque Social «Manuel Aguirre, S.J.», presentaron aportes en el marco del II Congreso Internacional de Investigación y las VIII Jornadas de Investigación UCAB, que se desarrollaron entre el 24 y el 26 de noviembre.

El evento contó con la organización conjunta del Secretariado de Investigación y Transferencia, la Dirección de Biblioteca, la de Publicaciones/ABediciones y centros e institutos, incluyendo investigadores de la UCAB Guayana.

La exposición principal de la Extensión Social  fue sobre los aprendizajes obtenidos por el equipo multidisciplinario de la UCAB y organizaciones aliadas, durante el desarrollo del Laboratorio Urbano de Innovación Social (LUIS) en Catuche, iniciativa concebida en 2023 y ejecutada para fortalecer las capacidades de esa comunidad ubicada al norte de Caracas. Sus logros  fueron presentados en julio de 2025.

«Con el tiempo, se convirtió en un ejemplo de pastoral social innovadora. Uno de los pocos sitios donde tenemos una pastoral social con una organización comunitaria autónoma que no existe en otras partes», explicó el sociólogo Alberto Rodríguez, docente en la Escuela de Ciencias Sociales y director de Programas y Proyectos Sociales de la Extensión Social, quien introdujo las explicaciones de la evolución del proyecto.

«Nuestro papel ahí no era hacer ciencia básica, sino hacer investigación aplicada. Esto tiene que ver con creatividad y, como es un proyecto social, tiene que ver con diálogo (…) Nosotros montamos nuestra teoría de cambio no sólo sobre necesidades, sino sobre soluciones. Eso era realmente lo innovador a nivel global».

Alberto Rodríguez detalló que LUIS innovó en procesos con una estrategia gerencial basada en el discernimiento.

En la sistematización del Laboratorio trabajaron también la Dirección de Sustentabilidad Ambiental y el Centro de Innovación y Emprendimiento.

 

Formas más ágiles del trabajo comunitario

En la prosecución de las explicaciones, la directora de la Extensión Social, Adle Hernández, y el coordinador de Organización Comunitaria, Rafael Poleo, compartieron el hallazgo de una herramienta surgida del desarrollo del proyecto.

Hernández destacó que con el Laboratorio de Innovación Social –iniciativa de la UCAB bajo el liderazgo de la Dirección de Transferencia– conceptualizaron las «Micro-Unidades de Laboratorio Ampliadas (MULAs), una herramienta para la construcción colectiva de soluciones a problemas reales».

«Estamos reinventando formas de trabajar con la gente, con las comunidades, de formas más ágiles, con resultados más tangibles, con mayores impactos. Esto nos puede ayudar a cambiar el paradigma de aproximación comunitaria», añadió la directora.

Hernández dejó claro que en la Extensión Social de la UCAB «siempre hemos tenido la idea de base de no promover trabajo asistencialista».

Afirmó que, de su más reciente intervención en Catuche,  a la universidad le quedó como «producto y ganancia» la idea de «montar para nosotros, para el trabajo que vamos a hacer en comunidad, unas unidades de prototipado de soluciones sociales avanzadas», que consisten en construir equipos de actores diversos, vinculados con problemáticas muy específicas, para trabajarlas y agilizar la búsqueda de soluciones, gracias al feed back y a las múltiples miradas.

Se trata –sostuvo la directora de la Extensión Social– de la generación de soluciones sociales aplicadas.

«Esto facilita la identificación de aprendizajes en el proceso de escalar prototipos (…) ¿Qué nos interesa? Probar potenciales soluciones a los problemas que estamos encontrando en la cotidianidad con la gente. Estamos aprendiendo, esto es un proceso dinámico».

Adle Hernández recalcó también la importancia de entender el contexto nacional. «Nosotros, como país, tenemos unas condiciones sumamente difíciles, sumamente retadoras. Innovamos o estamos perdidos», comentó la psicóloga.

Destacó, asimismo, que LUIS tiene que ver con las transformaciones democráticas y que los aprendizajes y la generación de capacidades no son algo que los expertos dejan en la comunidad, sino que ellos también se desarrollan en la interacción.

«No es que los expertos se sentaron a pensar a ver cómo van a resolver el problema, sino que las señoras y señores (de Catuche) fueron parte de la discusión de las problemáticas que se querían trabajar. Por eso se habla de transformaciones democráticas que buscan desarrollar capacidades para la búsqueda de soluciones colectivas».

 

Construcción de democracia con la Extensión Social

Rafael Poleo, por su parte, subrayó que el equipo que trabajó con LUIS quería desarrollar su propio modelo de intervención. Así, lo logrado es «ciencia aplicada, soluciones reales a partir del conocimiento que da la academia»con la generación de capacidades de liderazgo mediante talleres y certificaciones de la UCAB/CIAP a residentes de Catuche.

Poleo señaló que una metodología más horizontal va a mejorar la implementación sistemática de soluciones en esa comunidad, va a ayudar a que ese contexto vaya mejorando, mientras que ellos toman conciencia de que no son sólo beneficiarios del gobierno o de una ONG.

«Esto es un grito disruptivo. En un país donde las soluciones son impuestas por las mayorías, hacer que la gente tome sus propias decisiones acompañada, pero no obligada, que sea protagonista real de esos espacios, va generando también construcción de democracia»., afirmó Poleo.

«La gente quiere participar, no se quiere quedar tranquila. Estamos separados, estamos fragmentados, pero siempre hay un interés que hay que aprovecharlo para que la gente se empodere para ir construyendo pequeños ‘nosotros’ en las comunidades que fortalezcan el gran ‘nosotros’ que queremos construir».

 

UPLA UCAB: romper ciclo de violencia con los escolares

La Unidad de Psicología «Padre Luiz Azagra, S.J.», estuvo presente en las VIII Jornadas de Investigación de la UCAB con el proyecto «Trabajar las memorias», enfocado en la comunidad de La Vega (municipio Libertador de Caracas), con el objetivo de «construir un espacio para la vida comunitaria de niños y niñas en edad escolar en contextos de vulnerabilidad por violencia urbana para promover la resignificación y reconciliación con el espacio en el que habitan».

Los 15 psicólogos de la UPLA UCAB han participado en la intervención con unas 400 personas que son organizadas en grupos según sus edades (niños, adolescentes, adultos y adultos mayores).

El proyecto empezó en marzo de 2025 y terminará en marzo de 2026.

Las psicólogas Jessica Zambrano y Vanessa Quintero hicieron la presentación de la primera fase de la investigación en la población infantil. Han aplicado el recurso del libro álbum para trabajar con 90 niños de una escuela en la parte baja de La Vega.

La obra escogida fue «Los tres bandidos», donde abordan «la caracterización del bandido, la posibilidad de cambio y la redención». Destacaron la utilidad del arte y la lectura para repensar recuerdos traumáticos.

Según comentaron las especialistas, este tipo particular de cuento se define por tener una tensión constante entre muy poco texto y una imagen que es preponderante. Además, las historias son ambiguas, un poco abiertas y la percepción que tienen los niños de esos personajes varía según su propio contexto y su propia situación emocional.

Apuntaron que los niños van asociando los personajes del cuento con actores reales de su comunidad y, en conjunto, van cuestionándose los estereotipos rígidos y polarizantes. La metodología, indicaron, funciona, independientemente del nivel cognitivo, socioeconómico, educativo.

«Nos encontramos con poblaciones en situación de pobreza donde el fenómeno de la violencia se presenta como un problema psicosocial constante y que nos demanda a nosotros una mirada que incluya tanto lo clínico como lo comunitario, para darle un abordaje lo más completo posible (…) Esta intervención es un primer paso, porque los lleva a ellos a cuestionarse eso que está bien o está mal en los actores de su comunidad», comentó Jessica Zambrano.

Las psicólogas indicaron que en los grupos intervenidos se encontraron relatos relacionados con mucho miedo, desesperanza e incertidumbre.  Ante ello, persiguen fomentar espacios formativos y preventivos donde se dé la comunicación abierta y segura sobre estos recuerdos.

«Estamos planteando que es un proceso muy largo y estamos sembrando una semillita (…) La idea es romper el ciclo de violencia», recalcó Vanessa Quintero.

Añadió que, al brindarles a los niños un espacio para dialogar y cuestionar lo que pasa, los estereotipos que ellos tienen muy rígidos, muy fijados en absolutos, en polos, se van cuestionando y eso los va acercando a la resignificación.

Sobre la violencia urbana que viven en su comunidad, Quintero señaló que al ser «un problema estructural tan grande, tan complejo, no tenemos una manera de decirles: esta es la solución y ya se acabaron las sesiones de intervención; pero el primer paso es poder abrir el lugar para que ellos puedan hablar de eso».

«Cuando nosotros salimos de lo polarizado, salimos de lo rígido, nos permitimos ver al otro y ahí nos estamos vinculando de una manera distinta (…) Si nosotros podemos permitir estos espacios en los que ellos sepan que no tienen que relacionarse de una forma violenta, eso va a ir rompiendo el ciclo», destacó.

♦Texto y fotos: Elvia Gómez