La directora Adle Hernández destacó que la pandemia impuso limitaciones al trabajo, pese a lo cual fueron atendidas más de 40 mil personas

Durante el período académico 2020-2021, 40.180 personas fueron beneficiadas por la labor de la Dirección General de Extensión Social (DGES)  de la UCAB, principal vaso conductor de las iniciativas de servicio hacia la comunidad generadas desde la casa de estudios.

Así lo aseguró la directora general de esta dependencia, Adle Hernández, para quien «la precariedad de servicios básicos, el limitado acceso al combustible, la pandemia de la Covid-19 y eventos de violencia delincuencial y policial» convirtieron el ciclo en «un año de mucho reto» que, sin embargo, no detuvo el trabajo.

De acuerdo con las cifras consolidadas, las distintas unidades de la DGES -adscrita al Vicerrectorado de Identidad, Desarrollo Estudiantil y Extensión Social-, cumplieron sus metas en al menos 75% y sumaron un total de 26.031 beneficiarios en la ciudad de Caracas, mientras que en la región de Guayana (donde se encuentra la segunda sede de la universidad) fueron atendidas 14.149 personas.

«Evidentemente, estas condiciones nos llevaron a hacer una planificación comedida en cuando a los números. No es lo mismo lo que puedes alcanzar cuando estás en tu operatividad normal y regular, que en estas condiciones. En ese sentido, si bien en general las metas se lograron, hemos manejado metas un poco más conservadoras en cuanto a beneficiarios», detalló.

DEL PARQUE SOCIAL A LA COMUNIDAD, DE LA MANO DE LA TECNOLOGÍA

Durante los meses que comprendieron el período 20-21, Extensión Social se encargó de atender, primordialmente, las necesidades individuales y colectivas de las comunidades denominadas «estratégicas» -como Antímano, Carapita, La Vega y Caricuao, en el caso de Caracas-, en los siete ejes de acción que maneja la DGES:  Asesoría Económica y Contable, Asesoría Jurídica, Educación, Organización Comunitaria, Promoción de la Salud, Psicología y Sustentabilidad Ambiental.

Para ello, las unidades se valieron de la tecnología como principal herramienta de acercamiento a las poblaciones objetivo, aunque también ejecutaron actividades en las instalaciones del Parque Social Manuel Aguirre (centro de operaciones de la Dirección),  «con las debidas precauciones«.

«Las unidades lograron identificar qué programas podían seguir y cuáles no y, en función de esto, hicieron sus planificaciones. Hubo logros importantes en los siete ejes de trabajo; todos buscaron formas alternativas para seguir adelante, ya sea por conversatorios, talleres, foro chats, conferencias y atención telefónica».

La profesora puso como ejemplo el servicio de atención a víctimas de violencia basada en género que activaron el Centro de Clínica Jurídica y la Unidad de Psicología «Padre Luis Azagra», el cual está compuesto por una línea de orientación telefónica e incluye asesoría legal directa en caso de ser requerido.

También mencionó los micros radiales de salud mental (difundidos a través del programa Univérsate de la UCAB y Unión Radio), la asesoría comunitaria en opciones de ahorro y consumo responsable o los cursos virtuales y gratuitos como el de «Bases para emprender», ofrecido por el Centro de Innovación y Emprendimiento.

Hernández indicó que, gracias al uso de estrategias y herramientas tecnológicas de comunicación, pudieron impactar en individuos residentes de otros estados de Venezuela. A esto se le suman reportes de beneficiados que se conectaron en actividades diversas, desde 13 países de Latinoamérica.

En cuanto al involucramiento de los estudiantes, Adle Hernández indicó que unos 793 alumnos de pregrado (el 10% del total que tiene la UCAB) formaron parte de las iniciativas, que se desarrollaron a través de tres vías: «el voluntariado, el servicio más antiguo y más conocido; las cátedras de compromiso social, materias que tienen como requisito de aprobación que hagas un trabajo con la comunidad; y el servicio comunitario, que es obligatorio por ley para los estudiantes».

La especialista reconoció que el voluntariado se vio «privilegiado entre las demás modalidades de trabajo»por ser un elemento necesario «para que los muchachos puedan graduarse y tengan opciones de continuar su recorrido académico».

LO QUE VIENE PARA 2022

La también directora de Proyección y Relaciones Comunitarias indicó que uno de los retos para la gestión del período académico 2021-2022, el cual comenzó en octubre con el inicio del semestre, es retomar con fuerza el contacto directo con las comunidades, pues la Dirección tiene como uno de sus pilares acompañar y generar incidencia desde el terreno.

«Si bien el trabajo presencial también depende de los potenciales beneficiarios, nos interesa mejorar e incrementar la labor en comunidad, especialmente con los estudiantes; ya sea desde las Cátedras de Compromiso -como Identidad, Liderazgo y Compromiso II- o desde el voluntariado. Esto no lo pudimos hacer de manera masiva porque la situación no es la misma de hace un año o de hace dos años. Ahorita se nos dificulta por términos de logística y las mismas medidas de seguridad».

Otras metas que esperan cristalizar son la promoción de un servicio especializado para adolescentes, dentro del Centro de Salud Santa Inés, que ofrezca información sobre salud sexual y reproductiva; y el fortalecimiento de la estrategia comunicacional de Extensión Social UCAB, para visibilizar las iniciativas que se realizan y lograr una participación mucho más activa de la comunidad ucabista.

«Comprendido dentro del Plan Estratégico, la intención es diseñar e implementar un plan de comunicaciones efectivo, vía redes sociales y a través de la página web. Esperamos que este año realmente podamos darle un buen impulso, porque hacemos mucho, pero no somos los expertos en visibilizar el trabajo que hacemos. Eso es algo que, entre muchas otras cosas, va a cambiar para Extensión Social en este próximo año», adelantó Hernández.

♦ Texto: Daniel De Alba Suárez / Fotos: Manuel Sardá