En el 25° aniversario del Parque Social Padre Manuel Aguirre, S.J., se conmemora la vida del hombre detrás del nombre, uno de los primeros pensadores de justicia social en Venezuela y uno de los miembros de la Compañía de Jesús que han dejado una enorme huella en el país
Manuel Aguirre Elorriaga, S.J. (Vizcaya, 1904 — Caracas, 1969). Fue uno de los principales exponentes de la obra social de la Compañía de Jesús en Venezuela. Dedicó su vida a la educación, una centrada en la búsqueda de una sociedad más justa y equitativa. En el camino, tocó los corazones de cientos de jóvenes que, años después, cargarían con su legado. Por eso fue conocido como “formador de líderes” y “el sacerdote de los obreros”.
Ingresó en la Compañía de Jesús el 14 de octubre de 1919 y continuó estudiando hasta 1926, año en el que se tituló como doctor en Filosofía. En este punto, sin ser aún sacerdote, es designado como profesor en el Colegio San Ignacio de Caracas, rol que asumió desde el 29 de julio de 1926.
Después de tres años de servicio en Caracas, regresó a España para continuar con sus estudios eclesiásticos. Se vio obligado a abandonar su patria en 1932, en consecuencia de la expulsión de la Compañía de Jesús del territorio español, ordenada por el entonces presidente Manuel Azaña.
Ahora en Bélgica, Aguirre se ordenó como sacerdote en 1932 y siguió estudiando para obtener una licenciatura en teología, en Austria, y un doctorado en Historia, en la Universidad Gregoriana de Roma. Ya con un elevado grado académico, hace sus últimos votos el 15 de agosto de 1937.
En estos ocho años lejos de Venezuela, Aguirre tomó nota de las prácticas pastorales de la Iglesia en Europa, que afrontaba un proceso de modernización para adaptarse a la realidad del siglo XX. A la par, estudió muy de cerca diversos movimientos sociales con los que interactuó.
Pese a su lejanía, no perdió contacto con sus compañeros y exalumnos caraqueños. Durante estos años, discutió con ellos sobre distintos proyectos con los que pretendía poner en práctica todo lo aprendido en la última década. Es por eso que en 1937 regresó a Caracas con la disposición de hacer país.
Esta convicción se entiende por su personalidad. Quienes lo conocieron, lo describen como una persona cercana, de carácter manso, con una sonrisa permanente y, sobre todo, un verdadero venezolano —pese a su nacionalidad española— enamorado del país que lo recibió. Así lo asegura el padre Pedro Pablo Barnola, S.J., ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
«Por más de 35 años se apegó a Venezuela, a nuestra gente, a nuestra tierra, a nuestros problemas, con cariño y dedicación definitivos. Aquí echó hondas raíces de afectos, especialmente entre obreros y pueblo menudo, así como entre la juventud estudiantil. Fue el primer jesuita que tomó carta de nacionalidad. Y se hizo venezolano de verdad-verdad», detalló Barnola en la Edición N° 313 de la Revista SIC.
En su regreso a Venezuela, asumió el rol de profesor del Seminario Interdiocesano de Caracas, un paso que dejaría huella, pues interactuó con colegas y estudiantes que formarían posteriormente organizaciones sindicales, políticas y educativas; por lo que se le atribuye la construcción de un importante núcleo del catolicismo social en el país.
Su período como profesor también dejaría legado por la creación de la Revista SIC (que hereda las siglas del seminario) en 1938, desde entonces dirigida por Aguirre hasta 1949 y luego nuevamente desde 1954 hasta su muerte. Esta iniciativa se convirtió en un instrumento vital para difundir el pensamiento jesuita, educar, crear debate y pensar el país desde los valores católicos.

1956 | Manuel Aguirre junto a un grupo de profesores
De su permanente vínculo con los obreros caraqueños y su interacción con movimientos sindicales de la región, Aguirre fundó en 1945 el Círculo Obrero de Caracas, que una década más tarde llegó a agrupar a 2.000 familias. Esta semilla germinó en la creación de organizaciones como la Confederación de Sindicatos Autónomos (CODESA) en 1958, y el Instituto de Estudios Sociales (INES) en 1961.
En esta etapa de su vida, su cercanía con movimientos sociales, educativos, sindicales y pastorales se incrementó. Llegó a fundar, asesorar y promover distintas organizaciones, asociaciones y escuelas. En este sentido, tuvo participación en la Escuela Católica de Servicio Social (1945), la Escuela San Francisco Javier (1946), la Juventud Obrera Católica (1946), Acción Social Católica (1956) y la Comisión Nacional de Justicia y Paz (1967).

Poema escrito por Manuel Aguirre a puño y letra en 1921
Es en este contexto de interacción con múltiples actores de la sociedad venezolana que aprovechó su plataforma para educar a la juventud venezolana. En la última década de su vida ofreció una serie de formaciones bajo denominadas Cursillos de Capacitación Social Fragua, que acabaron propagándose por toda la región.
Poco antes de morir, dejó una última obra para su enorme legado, pues cofundó junto con un grupo de jesuitas la Fundación Centro Gumilla, con el sueño de transformar Venezuela desde el diálogo, promoviendo la búsqueda de justicia social a través de la fe.
Después de 50 años de dedicación a la Compañía de Jesús y a su obra social en Venezuela, Aguirre falleció en Caracas el 28 de febrero de 1969. Su legado se pierde de vista, pues vive y se extiende en todos sus estudiantes y discípulos, en la acción pastoral con propósito social y en una Iglesia que asume un papel en la construcción del país.
30 años después del deceso de Aguirre, el padre Luis Ugalde, S.J., entonces rector de la UCAB, fundó el Parque Social Manuel Aguirre, S.J., en honor a uno de los máximos exponentes de la obra social de la Compañía de Jesús en Venezuela.
El Parque Social hereda la voluntad del nombre que recibió, pues se erige como un vínculo directo entre la UCAB y las comunidades circundantes, con el propósito de generar transformación social.
El padre Alfredo Infante, S.J., provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela, celebra esta vinculación entre la UCAB y Manuel Aguirre.
«Manuel Aguirre fue un hombre que, como jesuita, en su tiempo, asumió con amor y con fe el país y trabajó por la justicia social. Que la UCAB haya hecho este parque en memoria de Manuel Aguirre, como un emblema de la fe y el compromiso social, es una marca importante en nuestra misión», argumentó.
En este período 2024-25, el Parque Social conmemora sus 25 años repletos de historias de vidas que han sido tocadas por esos valores que promovió Aguirre desde hace un siglo.