La ansiedad es una emoción natural que se manifiesta en el cuerpo como inquietud y preparación ante un estímulo que se percibe como amenazante. Las exigencias de la vida moderna a la cual está expuesto el hombre son disparadores de los mecanismos adaptativos que pudieran conducir al desarrollo de complicaciones y enfermedades; de hecho, el estrés es una condición de la vida moderna. De allí la importancia de delimitar términos y categorías para su mejor afrontamiento.
Mito: Ansiedad y Trastorno de Ansiedad son lo mismo.
Falso. El Trastorno de Ansiedad tiene un componente biológico (hereditario), que afecta al 3,6% de la población mundial; aparece sin estímulo externo y de manera frecuente alterando de manera significativa la calidad de vida de las personas que lo padecen y cuya duración es de mínimo 6 meses. La ansiedad, como fue anteriormente expuesto, es una emoción normal.
Mito: Solo las personas que han vivido situaciones traumáticas sufren de trastorno de ansiedad.
Falso. Un evento pequeño es interpretado por la persona ansiosa como catastrófico y disparar toda la cadena neuroendocrina que se expresa en síntomas en la esfera somática (cuerpo) y en la esfera del pensamiento.
Mito: El trastorno de ansiedad puede aparecer en cualquier etapa de la vida.
Verdadero. Niños, jóvenes y adultos pueden manifestar síntomas del trastorno de ansiedad, debido a que se trata de una condición hereditaria, a lo que se suman las altas exigencias por alcanzar el éxito, la presión de las redes sociales, los hábitos inadecuados de alimentación y sedentarismo, etc.
Mito: Las personas con trastorno de ansiedad pueden controlar sus síntomas, sólo basta con aprender a relajarse.
Falso. En primer lugar, es importante internalizar que las emociones son parte del funcionamiento normal del ser humano, y que las mismas no se controlan, se regulan. Y si bien es cierto que las técnicas de respiración, relajación y meditación son parte del tratamiento, no es el único. Las personas que padecen trastorno de ansiedad deben acudir a un especialista que combina psicofármacos y psicoterapia.
Mito: Una gran cantidad de personas sufre trastorno de ansiedad y no lo sabe.
Verdadero. Debido a que las manifestaciones de la ansiedad se localizan en el cuerpo, las personas suelen interpretar que tienen otro tipo de condiciones, y acuden a varios especialistas quienes suelen descartar patologías cardíacas, por ejemplo, para acudir finalmente al psiquiatra.
Mito: Un ataque de pánico resulta incapacitante para actividades de la vida diaria.
Verdadero. Los síntomas de un ataque de pánico tales como sudoración, palpitaciones, dificultad para respirar, sensación inminente de muerte, requieren ser abordados con psicofármacos y psicoterapia y limitan de manera significativa el funcionamiento normal de la vida.
Mito: El Trastorno de ansiedad es menos grave que la depresión y otros trastornos mentales.
Falso. Cada condición tiene su especificidad y evolución. Además, cada paciente vive la situación según su estructura y entorno. Adicionalmente, existe una alta comorbilidad entre ansiedad y depresión, debido a que el cerebro segrega sustancias (neurotransmisores), que generan síntomas compartidos, por lo que el tratamiento para el trastorno de ansiedad, suele incluir también fármacos antidepresivos.
Mito: El trastorno de ansiedad es una enfermedad crónica e incurable.
Falso. La cronicidad se refiere a que perdura en el tiempo, sin embargo, los pacientes bien tratados pueden lograr espaciar las manifestaciones clínicas del trastorno y mejorar de manera considerable su calidad de vida. También se han visto pacientes que han presentado episodio único.
El Trastorno de Ansiedad es una condición hereditaria cuyas manifestaciones clínicas a pesar de ser desagradables y limitantes para la vida diaria, puede ser exitosamente abordado bajo la intervención combinada de psicoterapia y farmacoterapia.
Texto: Dra. Nora Pacheco, Coordinadora del área de Psiquiatría, UPLA UCAB