La UNICEF define la violencia basada en género (VBG) como cualquier acto que perjudique a una persona, sustentado en diferencias de género. Comprende acciones que pueden provocar daños físicos, sexuales o psicológicos; así como coacción y privación a la libertad.
Por su parte, la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia expone 21 tipos de violencia, pero las formas más comunes en las que se manifiestan la VBG es la violencia sexual, el acoso, daños patrimoniales, violencia intrafamiliar, mutilación genital y el femicidio.
Pese a que cualquier persona puede ser foco de actos de violencia, las mujeres, por el solo hecho de serlo, suelen ser más vulnerables que los hombres.
Según el abogado y profesor de la UCAB, Marcos Aldana, la VBG puede ser prevenida a través de la educación:
“La VBG se puede prevenir, pero la prevención pasa por la educación, por la formación. Hay que entender primero que a la mujer se le debe respetar, solo por ser mujer”.
Aldana explica que el machismo está tan arraigado en la sociedad venezolana que muchos actos de violencia se han normalizado. “Incluso las mujeres tienen actitudes machistas, porque esa es la formación que han recibido”, asegura.
El papel del Centro de Clínica Jurídica en la prevención
Desde hace más de un año el Centro de Clínica Jurídica de la UCAB ha llevado a cabo Foro Chats con diversos temas, cuyo fin principal es educar a la comunidad sobre diversos temas legales, entre ellos la violencia basada en género.
Según el abogado Aldana, una de las finalidades del CCJ es generar cambios dentro de la sociedad, y para poder provocar una incidencia es necesario hablar desde la prevención; de esta manera las personas pueden reconocerse como posibles víctimas de actos de violencia, lo que genera que se rompa el esquema de violencia.
A su vez, quienes reciben esta información se convierten en agentes de cambio, debido a que pueden reconocer tales actos en personas dentro de su entorno.
“La prevención es muy importante. En primer lugar porque te enseña a reconocer las actitudes y situaciones que evidentemente trastocan lo que es el derecho de una mujer a una vida libre de violencia. Y en segundo lugar, permite reconocer situaciones en su entorno que puedan estar viviendo sus familiares. Esa persona se convierte en un agente de cambio y eso forma parte de la prevención. Estos talleres permiten que las personas reconozcan que pueden estar siendo víctimas de actos de violencia basada en género, pero también la pueden estar propiciando” , concluye Aldana.