¿Cambiar a los niños o cambiar la educación? Una pregunta difícil de responder en un contexto social y educativo caracterizado por la violencia
La problemática que genera el acoso escolar pareciera limitarse al comportamiento de los niños, niñas y adolescentes;pero habría que plantearse la posibilidad de que sea una consecuencia de un modelo educativo que ya no responde a las exigencias sociales, pedagógicas y familiares de hoy.
El 03 de mayo de 2022 el Fiscal General de la República, con motivo a una situación de violencia y acoso escolar en un centro educativo del estado Bolívar, publicó en la red social Twitter el nombre, apellido y una fotografía del adolescente involucrado en estos hechos. Además, informó sobre la imputación a la directora y al estudiante.
A partir de esta denuncia, el ente del Estado ha dado a conocer otros casos de presunto acoso escolar. Llama la atención el nivel de agresividad, exposición, estímulo e inacción que transmiten las imágenes divulgadas. Además, hay que señalar el inadecuado tratamiento jurídico por parte del Ministerio Público, pues en sus mensajes se expone públicamente a los adolescentes y se promueve su estigmatización, que sea víctima de
otras expresiones de violencia o que se emitan juicios públicos sin conocer con exactitud los hechos.
Todo esto en medio de un proceso de investigación penal. Hasta el mes de abril el Ministerio Público informó que tiene registrados 74 casos de acoso escolar. El 21 de abril la Asamblea Nacional aprobó en primera discusión el proyecto de Ley sobre Convivencia Pacífica para la Prevención y Protección a Niños, Niñas y
Adolescentes contra el Acoso Escolar.
Pese a estas acciones del Estado, que buscan frenar el acoso escolar, se han viralizado más imágenes y videos que muestran diferentes conflictos en las escuelas. Muchos centros educativos, en vista al retorno de clases presenciales, han expresado preocupación por un incremento de situaciones de violencia física, verbal y relacional entre niños, niñas y adolescentes. Además, por la judicialización penal de estas agresiones.
Lo que hemos observado en redes sociales es solo un vértice de un problema complejo y de larga data que nos lleva a cuestionar el modelo de escuela que implementamos actualmente contra el que necesitamos.
El acoso escolar, en definitiva, es una expresión de una profunda intolerancia a lo que nos resulta distinto y a una incapacidad emocional para comprender que nuestras acciones pueden causar daño a otros.
Para conocer más sobre el acoso escolar y más sobre los temas que trata el Boletín Educapaís del mes de mayo, ingresa aquí.